Turteliano de Cartago
Presbitero y Martyr de La Iglesia de Jesucristo
Y
De los Santos de Los Primeros Dias
Quinto Septimo Flores, Totalmente Honesto o Simplemente Turteliano, fue supervisor o capataz en Cartago que vivio entre los años 170 y122 despues del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo; y quien escribio muchos escritops cortos y extensas apologias para la Iglesia y los Santos y Martires de Dios entre los años 195 y 215.
Turteliano nacio y vivio casi toda su vida en Cartago. El fue hijo de una familia pagana donde fue educado como abogado y quien posteriorment llego a ser un renombrado abogado en las corte Romana; y luego de convertirse en Cristiano en el año196 regreso de nuevo a vivir a Cartago, su tierra natal.
Se cree, según los registros que Turteliano nos dejo, que su conversion fue el resultado de presenciar la fidelidad the los santos martires de la iglesia. El tambien, trajo comnsigo sus abilidades legales a la iglesia y utiliso mucha de su terminologia legal en sus escritos. Como muchos otros cristianos del norte de africa, Teruliano fue un celoso discipulo y seguidor de Jesucristo. El cai mal al regimen institucional de la iglesia y se empeñaba en enfatizar un estandarte extremeadamente alto de moralidad y vida cristiana. Teruliano se desilusionaba cada vez más por la mundanalidad de la iglesia al grado que fue atraído y compagino fácilmente con el celo, y las rigorosas demandas morales de los desafectados marianistas a los cuales eventualmente se unió. Pero antes de que eso sucediera, el sirvió como Presbítero en la Capilla de la Iglesia de Jesucristo en Cartago.
Tertuliano fue un muy prominete y proflifero author que amaestro el Latin mejor que ningun otro y fue dotado desde su bautismo con el Don de Aaron tocante a los asuntos de la iglesia. En el estaba por derecho sacerdotal, no tan diferente a Oliver Cowndery o algun otro Sumo Sacerdote de la Casa de Aaron, la llave del evangelio de arrepentimiento, la llave de la lettra del evangelio para predicar, exponer, exhortar y hasta modificar la letra de las santas escrituras según las revelaciones y mandamientos de Dios para el entendimiento de todos.
Los registros sobre Turteliano indican que el fue el primer author que empleo muchos terminos teologicos que fueron posteriormente utiilizados en debates theologicos, como por ejemplo el termino de la Trinidad y la naturaleza de Dios, y que aun todavia contnua siendo parte del vovabulario cristiano. En sus escritos no solo podemos leer pero tambien sentir en la elocuencia de un arcangel el fuego de su pasion y su memorable e impresionante manera de expresar sus pensamientos y sentimientos sin lugar a la moderacion y aun hasta los extremos.
En sus extenso libros o volumenes de escritos, Tertuliano cobria una ancha y anolia variedad de temas inlcuyendo la defensa de el Cristianismo ante las autoridades romanas atacando las herejias y la conducta moral de los Cristianos y tambien los temas sujetos doctrinales.
Tuerteliano escribió varios escritos apologéticos, de los cuales uno de los escritos más reconocidos fue la apología que escribió prontamente después de su conversión y que estaba dirigida a las autoridades romanas utilizando astuta intrepidez argumentos jurídicos conmovedores indicando que solo los emperadores malvados persiguieron a los cristianos. El también demostró que las leyes contra los cristianos eran ilógicas, odiosas y que la persecución de la iglesia era ilegal. Contrarrestando múltiples y diferentes herejías, Turteliano escribió no pocos volúmenes.
Su prescripción de los Heréticos contra los Gnósticos o Intellectuales desilusionados que se separaban de la verdadera vid de su epoca que no es tan diferente a los de nuestra epoca fue escrita mientras el aun permanecía en comunión con la Iglesia. El mostro como lo dice y lo indica El ángel del Señor Jesucristo en el Libro Primero de Nefi, capitulo 13 unos 600 años antes de su propio nacimiento que la verdad o las escrituras habían procedido primeramente de los Judíos a los gentiles en toda su pureza. Y valga la redundancia, que la verdad fue pasada a ellos como la regla de la fe de los apóstoles originales a la iglesia apostólica en lugar de simplemente ser descubierta como resultado de la especulación de los heréticos.
Turteliano declaro que los heréticos no tenían derecho a referirse a las escrituras como lo hacen los académicos y cualquier cantidad falsos maestros, pastores y ministros de nuestro día. El también escribió contra Mark Ion demostrando la unidad entre el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento. Y mientras formaba parte de los Montañistas, el también escribió contra Praxius en el cual el ataco el Moralismo o lo que hoy conocemos como el miedo de ofender o incomodar como Eli ante sus hijos; y preferir ser policiacamente correcto. El acuso a Praxius de haber puesto a Paraclete a la fuga y también de crucificar al padre.
Pero eso no es todo, tal y cual Dios mismo lo manifiesta a Moroni por medio de su Padre Mormón, Tertuliano hablo sobre el bautismo criticando el bautismo de los infantes como un sacrilegio y sugiriendo que el bautismo es mejor aplazarlo hasta más tarde en la vida porque solo un pecado mortal es perdonado después del bautismo. Tertuliano también escribió tocante al silbido y el canto al alma compungida o al espíritu tribulado y en tormento empleando la psicología. Y mientras aun con los Montanistas, siguió atacando la mundanalidad de la iglesia tal cual lo hizo Moroni en su exhortación a nosotros y la santa iglesia, diciendo que era carente y corrupta, argumentando por disciplina más estricta a los creyentes desafectados y recayentes.
Una de las cualidades inexasustivas y excepcionales de
Turteliano como maestro y sacerdote de Dios mas que de la Iglesia, era la
valentia moral y el intelecto moral que lo caracterizaban y dotaban de la
audacidad y habilidad divina para predicar, redarguir, exponer, exortar,
convencer y asi fortalecer a los santos en sus mas precarias tribulaciones. Esto
es mas que evidente en una de sus cartas a los martyres en la que el manifiesta
sus convicciones, y el poder de su fe. Y fue esa primera carta precisamente y
su modelo familiar de expression el que me inspiro a escribir hoy estas cosas
referentes a el; y la cual, me es necesario compartir aquí para el deleite de
todos los amantes de la verdad y los santos de Dios y los menesterosos que
estan tan sedientos de Justicia y hambreintos de rectitud en un mundo oscuro y
perdido, como lo estoy yo. Y donde les dice a los martires de la antigüedad y tambien a nosotos, como tambien lo hicieron El
Profeta Alma hijo y El Apostol Pablo, para prepararnos tambien a nosotros para
la gran persecusion, reclucion y la arena de los espectaculos, o cualquier gran
de o pequeña tribulaacion, por si acaso:
A LOS MÁRTIRES
por Tertuliano
Bienaventurados mártires elegidos, junto con el alimento para el cuerpo que Nuestra Señora Madre la Iglesia de su seno, así como también los hermanos individuales de sus recursos privados, os proporcionan en la prisión, aceptad también de mí alguna ofrenda que contribuya al sustento del espíritu. Porque no es bueno que la carne se sacie mientras el espíritu pasa hambre. En efecto, si se brinda cuidado a lo que es débil, hay razón aún mayor para no descuidar lo que es aún más débil.
No es que yo tenga derecho especial a exhortaros. Sin embargo, incluso los gladiadores más expertos son estimulados no sólo por sus entrenadores y directores, sino también desde lejos por personas inexpertas en este arte y por todos los que eligen, sin la menor necesidad de ello, de modo que las insinuaciones emitidas por la multitud les han resultado a menudo útiles.
En primer lugar, pues, oh bienaventurados, 'no contristéis al Espíritu Santo que ha entrado en prisión con vosotros. Porque, si Él no os hubiera acompañado allí en vuestra prueba actual, no estaríais allí hoy.
Por tanto, procurad que Él permanezca allí con vosotros y os conduzca de ese lugar al Señor.
En efecto, la prisión es también la casa del diablo, donde tiene a su familia. Pero vosotros habéis venido a la prisión precisamente para pisotearlo en su propia casa, pues ya habéis entablado batalla con él fuera de la prisión y lo habéis pisoteado.
Por tanto, que no diga: "Ahora que están en mi dominio, los tentaré con odios bajos, con deserciones o disensiones entre ellos". Que huya de vuestra presencia y que, enroscado y entumecido, como una serpiente a la que se expulsa con hechizos o humo, se esconda en lo más profundo de su guarida. No le permitáis la buena fortuna de enfrentaros en su propio reino, sino que os encuentre fortalecidos por las armas de la paz entre vosotros, porque la paz entre vosotros significa guerra contra él.
Algunos, no pudiendo encontrar esta paz en la Iglesia, suelen buscarla en los mártires encarcelados. Por eso también vosotros debéis poseerla, cuidarla y conservarla entre vosotros, para que tal vez podáis transmitirla también a los demás.
Otros afectos igualmente gravosos para el espíritu pueden haberte acompañado hasta la puerta de la prisión; hasta ahí pueden haberte escoltado también tus parientes. Desde ese mismo momento has estado separado del mundo mismo. ¡Cuánto más, entonces, de su espíritu, de sus modos y de sus acciones! No dejes que esta separación del mundo te inquiete. Porque, si reflexionamos en que es el mundo mismo el que es más verdaderamente una prisión, nos daremos cuenta de que has salido de una prisión en lugar de haber entrado en ella.
El mundo contiene la mayor oscuridad, que ciega los corazones de los hombres. El mundo pone las cadenas más pesadas, encadenando las mismas almas de los hombres. El mundo exhala las impurezas más sucias: las concupiscencias humanas.
Por último, el mundo contiene el mayor número de criminales, es decir, toda la raza humana. De hecho, no espera la sentencia del procónsul, sino de Dios.
Por lo tanto, oh bienaventurados, consideraos como si hubierais sido trasladados de la prisión a lo que podríamos llamar un lugar de seguridad. Allí hay oscuridad, pero vosotros sois luz; Allí están los grilletes, pero tú eres libre ante Dios. Allí se exhala un olor nauseabundo, pero tú eres un olor dulce. Allí se espera al juez a cada momento, pero tú vas a dictar sentencia sobre los mismos jueces.
Allí la tristeza puede sobrevenir al hombre que suspira por los placeres del mundo. El cristiano, sin embargo, incluso cuando está fuera de la prisión, ha renunciado al mundo y, cuando está en prisión, incluso a la prisión misma. No importa en qué parte del mundo te encuentres, tú que estás apartado del mundo.
Y si has perdido algunos de los placeres de la vida, recuerda que es propio de los negocios sufrir pérdidas para obtener mayores ganancias. No digo nada todavía sobre la recompensa a la que Dios invita a los mártires. Mientras tanto, comparemos la vida en el mundo con la de la prisión para ver si el espíritu no gana más en la prisión de lo que pierde la carne allí.
En efecto, gracias a la solicitud de la Iglesia y a la caridad de los hermanos, la carne no pierde allí lo que debe tener, mientras que, además, el espíritu obtiene lo que siempre es beneficioso para la fe: no miráis a dioses extraños; no os encontráis por casualidad con sus imágenes; no participáis, ni siquiera por el mero contacto físico, en fiestas paganas; no os atormentan los humos pestilentes de los banquetes sacrificiales, no os atormenta el ruido de los espectáculos, ni la atrocidad, el frenesí o la desvergüenza de los que toman parte en las celebraciones; vuestras miradas no se posan en casas de lujuria; estáis libres de incitaciones al pecado, de tentaciones, de recuerdos impíos, libres, en efecto, incluso de persecución.
La prisión ofrece ahora al cristiano lo que el desierto dio antaño a los profetas. Nuestro Señor mismo pasaba con frecuencia tiempo en soledad para orar allí con más libertad, para estar allí apartado del mundo. De hecho, era en un lugar apartado donde manifestaba su gloria a sus discípulos. Abandonemos el nombre de «prisión» y llamémoslo lugar de reclusión.
Aunque el cuerpo esté confinado, aunque la carne esté detenida, no hay nada que no esté abierto al espíritu. En espíritu, vagad, caminad, no os fijéis paseos sombríos ni largos pórticos, sino el camino que conduce a Dios. Cuantas veces caminéis por ese camino, no estaréis en prisión.
La pierna no siente el grillete cuando el espíritu está en el cielo. El espíritu lleva a todo el hombre y lo lleva adonde él quiere. Y donde esté vuestro corazón, allí estará también vuestro tesoro. Allí, pues, que esté nuestro corazón donde queremos tener nuestro tesoro.
Ahora bien, ¡oh bienaventurados!, admitamos que la prisión es desagradable incluso para los cristianos; sin embargo, fuimos llamados al servicio en el ejército del Dios vivo en el mismo momento en que respondimos a las palabras del juramento sacramental. Ningún soldado sale a la guerra cargado de lujos, ni marcha al frente de batalla desde el dormitorio, sino desde tiendas ligeras y estrechas donde se experimenta toda clase de austeridad, incomodidad e incomodidad.
Incluso en tiempo de paz, los soldados se endurecen para la guerra con trabajos y penalidades: marchando con armas, practicando maniobras rápidas en el campo, cavando una trinchera, uniéndose estrechamente para formar un escudo de tortuga. Todo está destinado a sudar el sudor, para que los cuerpos y las mentes no se asusten al tener que pasar de la sombra al sol, del sol al frío helado, de la túnica al peto, del silencio sepulcral al grito de guerra, del descanso al estruendo de la batalla.
De la misma manera, oh bienaventurado, considera todo lo que te resulta difícil en la situación actual como un ejercicio de tus fuerzas mentales y corporales. Estás a punto de entrar en una noble competición en la que el Dios viviente actúa como superintendente y el Espíritu Santo es tu entrenador, una competición cuya corona es la eternidad, cuyo premio es la naturaleza angelical, la ciudadanía en el cielo y la gloria por los siglos de los siglos.
Por eso, tu Maestro, Jesucristo, que te ha ungido con su Espíritu y te ha traído a este campo de entrenamiento, ha decidido, antes del día de la competición, llevarte de una forma de vida más suave a un tratamiento más duro para que tu fuerza aumente. Porque también a los atletas se les aparta para que se dediquen a la construcción de su fuerza física. Se les impide vivir lujosamente, comer platos más tentadores, beber bebidas más placenteras. Se les anima, se les somete a trabajos torturantes, se les agota: cuanto más se han esforzado, más grande es su esperanza de victoria.
Y esto, dice el Apóstol, para ganar una corona perecedera. Nosotros, que vamos a ganar una eterna, reconocemos en la prisión nuestro campo de entrenamiento, para ser conducidos a la verdadera contienda ante el tribunal del presidente, bien entrenados en todas las penalidades, porque la fuerza se construye con la austeridad, pero se destruye con la debilidad.
Sabemos por la enseñanza del Señor que, mientras el espíritu está dispuesto, la carne es débil. Sin embargo, no nos dejemos llevar por la ilusión de que el Señor reconozca la debilidad de la carne. Porque fue a propósito que Él declaró primero que el espíritu está dispuesto: quiso mostrar cuál de los dos debe someterse al otro, es decir, que la carne debe estar sumisa al espíritu, el más débil al más fuerte, para que el primero saque fuerza del segundo.
Que el espíritu hable con la carne sobre su salvación común, no pensando ya en las penalidades de la prisión, sino, más bien, en la lucha de la contienda real. La carne tal vez tema la espada pesada y la cruz alta y las fieras enloquecidas de ira y el castigo más terrible de todos -la muerte por fuego- y, finalmente, toda la astucia del verdugo durante el suplicio.
Pero que el espíritu se presente a sí mismo y a la carne el otro lado del cuadro: es cierto que estos sufrimientos son dolorosos, pero muchos los han soportado con paciencia, es más, los han buscado por su propia cuenta por el bien de la fama y la gloria; y esto es cierto no sólo de los hombres sino también de las mujeres, para que también vosotras, oh benditas mujeres, seáis dignas de vuestro sexo.
Me llevaría demasiado lejos si enumerara a cada una de las que, llevadas por el impulso de su propia mente, terminaron con su vida por la espada. Entre las mujeres, está el caso bien conocido de Lucrecia. Víctima de violencia, se apuñaló a sí misma en presencia de sus parientes para ganar gloria por su castidad. Mucio se quemó la mano derecha en el altar para que su buena fama incluyera este hecho.
Tampoco los filósofos actuaron con menos coraje: Heráclito, por ejemplo, que terminó con su vida untándose con estiércol de vaca; Empédocles, también, que se arrojó a las llamas del monte Etna; y Peregrinus, que no hace mucho se arrojó sobre una pira funeraria. ¡Hasta las mujeres han despreciado las llamas! Dido lo hizo para no verse obligada a casarse después de la partida del hombre que más amaba; la esposa de Asdrúbal, también, con Cartago en llamas, se arrojó junto con sus hijos al fuego que estaba destruyendo su ciudad natal, para no ver a su esposo suplicando a los pies de Escipión.
Régulo, un general romano, fue hecho prisionero por los cartagineses, pero se negó a ser el único romano intercambiado por un gran número de cautivos cartagineses. Prefirió ser devuelto al enemigo y, hacinado en una especie de cofre, sufrió tantas crucifixiones como clavos le clavaron desde fuera en todas direcciones para atravesarlo. Una mujer buscó voluntariamente fieras, es decir, víboras, serpientes más horribles que el toro o el oso, que Cleopatra soltó sobre sí para no caer en manos del enemigo.
Se podría objetar: «Pero el miedo a la muerte no es tan grande como el miedo al tormento». ¿Acaso la cortesana ateniense cedió por eso al verdugo? Pues, al estar al tanto de una conspiración, fue sometida a tortura por el tirano. Pero no traicionó a sus compañeros de conspiración, y finalmente se mordió la lengua y la escupió en la cara del tirano para hacerle saber que los tormentos, por prolongados que fueran, no podían lograr nada contra ella.
Todo el mundo sabe que hasta el día de hoy la fiesta más importante de los lacedemonios es la «diamastigosis», es decir, la flagelación. En este rito sagrado, todos los jóvenes nobles son azotados con látigos ante el altar, mientras sus padres y parientes están a su lado y los exhortan a perseverar. Porque consideran como una señal de mayor distinción y gloria si el alma se somete a los azotes en lugar del cuerpo.
Por lo tanto, si la gloria terrena que se obtiene de la fuerza del cuerpo y del alma se valora tanto que se desprecia la espada, el fuego, los clavos, las fieras y los tormentos por la recompensa de la alabanza humana, entonces puedo decir que los sufrimientos que soportáis son insignificantes en comparación con la gloria celestial y la recompensa divina. Si la perla de cristal se valora tanto, ¿cuánto debe valer la perla verdadera? ¿Quién, entonces, no gasta con gusto tanto dinero en la verdadera como otros gastan en la falsa?
Omito aquí la explicación del motivo de la gloria, pues la ambición desmesurada de los hombres y una cierta morbosidad de espíritu han hecho desaparecer ya todas las luchas crueles y torturadoras mencionadas anteriormente. ¿Cuántos de los ociosos se ven impulsados por un excesivo amor a las armas a convertirse en gladiadores? Seguramente es por vanidad por lo que descienden a las fieras en la arena misma, y se creen más bellos por las mordeduras y las cicatrices. Algunos incluso se han ofrecido a pruebas de fuego, con el resultado de que corrieron cierta distancia con una túnica ardiendo. Otros han saltado de un lado a otro entre los látigos de los matadores de fieras, mostrando sin pestañear sus hombros.
Todo esto, oh benditos, el Señor tolera en el mundo por una buena razón, es decir, para alentarnos en el momento presente y para confundirnos en el día final, si hemos rechazado sufrir por la verdad para la salvación lo que otros han perseguido por vanidad para la perdición.
No hablemos más de esos ejemplos de perseverancia que proceden de una ambición desmesurada. Más bien, volvamos a una sencilla contemplación de la condición ordinaria del hombre, para que, si alguna vez tenemos que soportar tales pruebas con fortaleza, aprendamos también de las desgracias que a veces se producen incluso en víctimas involuntarias. ¡En efecto, cuántas veces se ha quemado a gente en los incendios! ¡Cuántas veces las fieras han devorado a hombres, ya sea en los bosques o en el corazón de las ciudades, después de escapar de sus jaulas! ¡Cuántos han sido muertos por la espada de los ladrones! ¡Cuántos han sufrido incluso la muerte de cruz a manos de los enemigos, después de haber sido torturados previamente y, de hecho, tratados con toda clase de insultos!
Además, muchos hombres son capaces de sufrir por la causa de un simple ser humano lo que vacilan en sufrir por la causa de Dios. De esto, en verdad, pueden dar testimonio nuestros días actuales. ¡Cuántas personas ilustres han muerto por la causa de un hombre, aunque semejante destino parecía improbable en vista de su nacimiento y su rango, su condición física y su edad! La muerte les llegó de parte de él, si se habían opuesto a él, o de parte de sus enemigos, si se habían puesto de su lado.
Mis muy amados hearmnos y amigos, estas cosas que he escrito o descrito, traducido y recopilado son tomadas de los libros pseudoapocrifos existentes en el mundo y muchos de los cuales aun no se han traducido al espanol o no estan disponibles para nuesto deleite en el formato adecuado que pueda no solo servir como lecutura deliciosa sino como material inspirado y edificante.
A mi me choco mucho la carta de Turteliano a los martiees porque concurro con el en pensamiento y porque me paso la vida mayormente recluido en mi propia casa. Estoy muy activo en las cosas de Dios pero laboro como testigo u obervador pasivo. Me torturo todos los dias viendo las barbaridades de este mudo e interaccionado virtualmente y en el espirity con quien Dios ponga frente a mi. Y es porque muchas cosas en el mundo que ya no me impresionen o me apasionan y las que hay no las puedo obtener por falta de medios. Tengo un salario fijo y ya no viajo mucho como antes ni gano lo que antes ganaba. Haste de la Iglesia me botaron y no he ido dessde entoces por defender con celo la fe y la verdad o por ser como Turteliano. Y no voy a ir hasta que no me inviten a quienes les predico y les sirvo en ingonito, escondido en el hueco de la mano de Dios. Al grado que hoy y no solo hoy, me siento un prisionero de Jesucristo, en mi casa, entre rejas, en hospitales psychiatricos o meicos, donde o donde Dios me mande. Mas no entendia yo enteramente porque teniedo todavia en fucion algunas de mis capacidades y casi todas mis habilidades intelectuales; y como espina en el dorso, tambien mis impetus y tendeicias carnales, porque aunque me duelan las betebras no tengo miedo de escarbar, halar o me averguenzo de mendigar cuando necesito. Estoy solo, pero no me siento solito y ahora que he escuchado, traducido y leido esta carta de Turteliano, que de cierto es de nombre o apellido flores como mi papa biologico; en mas de un idioma lo he leido, y me doy cuenta que soy mas libre de lo que suponia o me imaginaba. Con su carta Turteliano me ha quitado un gran peso y queja o resentimiento cohibido de encim y agradesco a el y alabo a Dios por ello, y el Sabe que no miento porque siento que esta aqui destras de mi miestras lloro a cantaros y escribo con un expiritu conto. Me parece que mi Dios me estan torciendo como trapeador.
Porque tal cual Dios le dijo a Pedro, su discipulo y testigo de su divinidad, tambien me ha estado sucediento gradualemnte a mi en los ultimos 17 anios desde mi conversion o nacimiento espiritual. Y en los dias que fui tomado con violencia por decir que habia oido la vox de Dios y me mandaron a la fuerza con policias a un hospital para observacion. Y no fue la unica vez y hasta preso cai por un mes por la astucia del Diablo y por la incredulidad de mis lideres eclesiasticos. me vistierno con ropas de desjuiciado y de prisioinero y me llevaron donde yo no queria ser llevado. Lo que nunca me sucedio cuando nadaba placenteramente en el peacado. Porque cuando yo era Joven yo me vestia solo e iba donde queria aun estando casado y parido de hijos, pero ahora que estoy un poco viejo, otros me visten y voy donde no quiero ir o no voy a ningun lado. Ahora que lo pienso, segun las palabras de Jesucriosto y las de Turteliano, me parece que voy por buen camino o la senda estrecha y angosta que conduce a la vida eterna. Testifico en el nombre de Jesucristo que estas cosas son verdaderas. Y con las siguientes escrituras citadas y las plabras de Cristo que tambien se pueden leer en la colulna a la derecha en total amplitud termino esta relacion y termino esta Jornada, amen.
Y cuando hubieron comido, Jesús le dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Pedro le contestó: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo: Apacienta mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas?, y le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro y te llevará a donde no quieras.
Y esto dijo dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, le dijo: Sígueme.
Juan 21:15-19
Top 10 Megachurches in the USA in 2024
¡Oh pueblo inicuo, y perverso, y obstinado! ¿Por qué os habéis establecido iglesias para obtener lucro? ¿Por qué habéis tergiversado la santa palabra de Dios, para traer la condenación sobre vuestras almas? He aquí, examinad las revelaciones de Dios; pues, he aquí, llegará el tiempo, en aquel día, en que se cumplirán todas estas cosas.
34 He aquí, el Señor me ha mostrado cosas grandes y maravillosas concernientes a lo que se realizará en breve, en ese día en que aparezcan estas cosas entre vosotros.
35 He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras.
36 Y sé que andáis según el orgullo de vuestros corazones; y no hay sino unos pocos que no se envanecen por el orgullo de sus corazones, al grado de vestir ropas suntuosas, y de llegar a la envidia, las contiendas, la malicia y las persecuciones, y toda clase de iniquidades; y vuestras iglesias, sí, sin excepción, se han contaminado a causa del orgullo de vuestros corazones.
37 Porque he aquí, amáis el dinero, y vuestros bienes, y vuestros costosos vestidos, y el adorno de vuestras iglesias, más de lo que amáis a los pobres y los necesitados, los enfermos y los afligidos.
38 ¡Oh vosotros, corruptos, vosotros, hipócritas, vosotros, maestros, que os vendéis por lo que se corrompe! ¿Por qué habéis mancillado la santa iglesia de Dios? ¿Por qué os avergonzáis de tomar sobre vosotros el nombre de Cristo? ¿Por qué no consideráis que es mayor el valor de una felicidad sin fin que esa miseria que jamás termina? ¿Es acaso por motivo de la alabanza del mundo?
(Libro de Mormón | Mormón 8:33 - 38)
Escucha las palabras de Cristo, tu Redentor, tu Señor y tu Dios: He aquí, vine al mundo no para llamar a los justos al arrepentimiento, sino a los pecadores; los sanos no necesitan de médico sino los que están enfermos; por tanto, los niños pequeños son sanos, porque son incapaces de cometer pecado; por tanto, la maldición de Adán les es quitada en mí, de modo que no tiene poder sobre ellos; y la ley de la circuncisión se ha abrogado en mí.
9 Y de esta manera me manifestó el Espíritu Santo la palabra de Dios; por tanto, amado hijo mío, sé que es una solemne burla ante Dios que bauticéis a los niños pequeños.
10 He aquí, te digo que esto enseñarás: El arrepentimiento y el bautismo a los que son responsables y capaces de cometer pecado; sí, enseña a los padres que deben arrepentirse y ser bautizados, y humillarse como sus niños pequeños, y se salvarán todos ellos con sus pequeñitos.
11 Y sus niños pequeños no necesitan el arrepentimiento, ni tampoco el bautismo. He aquí, el bautismo es para arrepentimiento a fin de cumplir los mandamientos para la remisión de pecados.
12 Mas los niños pequeños viven en Cristo, aun desde la fundación del mundo; de no ser así, Dios es un Dios parcial, y también un Dios variable que hace acepción de personas; porque ¡cuántos son los pequeñitos que han muerto sin el bautismo!
13 De modo que si los niños pequeños no pudieran salvarse sin ser bautizados, éstos habrían ido a un infierno sin fin.
14 He aquí, te digo que el que supone que los niños pequeños tienen necesidad del bautismo se halla en la hiel de la amargura y en las cadenas de la iniquidad, porque no tiene fe, ni esperanza, ni caridad; por tanto, si fuere talado mientras tenga tal pensamiento, tendrá que bajar al infierno.
15 Porque terrible es la iniquidad de suponer que Dios salva a un niño a causa del bautismo, mientras que otro debe perecer porque no tuvo bautismo.
16 ¡Ay de aquellos que perviertan de esta manera las vías del Señor!, porque perecerán, salvo que se arrepientan. He aquí, hablo con valentía, porque tengo autoridad de Dios; y no temo lo que el hombre haga, porque el amor perfecto desecha todo temor.
(Libro de Mormón | Moroni 8:8 - 16)
מַלְאָך תינוק מוֹט-עֵץ- יִשַׁי מִיכָאֵל